Los avances en la medicina están a punto de transformar significativamente la prevención y tratamiento del VIH. Investigadores están desarrollando nuevos tratamientos que incluyen píldoras semanales e inyecciones semestrales, lo que podría cambiar radicalmente el panorama del VIH, especialmente en poblaciones de difícil acceso.
En lugar de las actuales pastillas diarias, las nuevas terapias prometen una administración menos frecuente. Se espera que en los próximos cinco a diez años, se dispongan de opciones como una pastilla semanal, una inyección mensual que pueda administrarse en casa y una inyección semestral en la clínica. Estas alternativas no solo facilitarán el tratamiento, sino que también podrían reducir el estigma asociado con la toma diaria de medicamentos.
Mitchell Warren, director ejecutivo de la Coalición de Defensa de la Vacuna contra el SIDA (AVAC), señala que estamos en una nueva ola de innovación que promete satisfacer las necesidades de los pacientes de manera más efectiva. Rachel Bender Ignacio, directora del UW Positive en la Universidad de Washington, añade que estas nuevas terapias podrían aliviar el estigma de tomar una pastilla diaria, lo que evita que muchos pacientes sigan su tratamiento.
Las inyecciones de acción prolongada contienen nanocristales del fármaco, que se liberan lentamente en el torrente sanguíneo durante semanas o meses. Un ejemplo actual es el anticonceptivo Depo-Prover. Actualmente, se está trabajando en versiones del cabotegravir que se administren cada cuatro o seis meses, con el objetivo de lanzarlas para prevención en 2026 y para tratamiento en 2027.
Además, estos medicamentos podrían ser beneficiosos para poblaciones con acceso irregular a los servicios de salud, como personas sin vivienda estable, aquellas que enfrentan problemas de transporte, o quienes lidian con el consumo de sustancias y enfermedades mentales. En 2022, a pesar de los avances en la terapia antirretroviral, más de nueve millones de los 39 millones de personas con VIH en el mundo no recibían tratamiento adecuado.
Aunque los avances científicos son emocionantes, para muchas personas el acceso a estos tratamientos aún es un sueño lejano. La implementación de estas terapias en poblaciones de bajos ingresos será crucial para su éxito global. Entre los avances más esperanzadores se encuentra el Cabenuva, una combinación de dos inyecciones bimensuales que ha mostrado ser más eficaz que las pastillas diarias, especialmente en grupos que tienen dificultades para cumplir con tratamientos diarios.
Los medicamentos de acción prolongada también tienen
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POpotencial para su uso pediátrico, lo que podría mejorar significativamente el tratamiento del VIH en niños. Sin embargo, el acceso a estos tratamientos sigue siendo un desafío, especialmente para ersonas con mucha grasa corporal o implantes de silicona. El lenacapavir de Gilead, que se administra como una inyección subcutánea cada seis meses, ofrece una solución prometedora y está siendo probado en diversos grupos, incluyendo mujeres cisgénero.
