En 2013, un fenómeno inexplicable detectado en una parte remota del océano Pacífico sorprendió a Andrew Sweetman, un científico oceánico. Las lecturas de sus sensores indicaban la producción de oxígeno en el lecho marino a 4.000 metros de profundidad, donde la luz solar no llega. Inicialmente, Sweetman creyó que los sensores estaban defectuosos. Sin embargo, tras múltiples viajes a la región conocida como la Zona Clarion-Clipperton, los sensores seguían mostrando los mismos resultados.
El descubrimiento de Sweetman, publicado recientemente en la revista *Nature Geoscience*, contradice la creencia establecida de que el oxígeno en las profundidades marinas sólo es consumido, no producido. Tradicionalmente, se ha pensado que organismos fotosintéticos en la superficie producen oxígeno que luego se difunde a las profundidades, donde es utilizado por otros organismos.
El estudio demuestra que existe una producción de oxígeno sin necesidad de fotosíntesis. Este hallazgo no solo desafía el conocimiento actual sobre los ciclos de oxígeno en el océano profundo, sino que también tiene implicaciones significativas para la exploración y explotación de recursos marinos.
La región Clarion-Clipperton, rica en nódulos polimetálicos que contienen metales esenciales para tecnologías verdes, es un área de interés para la minería en aguas profundas. Sin embargo, la explotación de estos recursos plantea riesgos significativos para los ecosistemas marinos. Sweetman advierte que la minería podría alterar procesos vitales como el almacenamiento de carbono y la producción de oxígeno en el fondo marino.
Este descubrimiento lo llevó a formular la hipótesis de las «geobaterías». Consideró la posibilidad de que los nódulos polimetálicos funcionen como baterías naturales, generando oxígeno a través de procesos electroquímicos. En colaboración con Franz Geiger, electroquímico de la Universidad Northwestern, se realizaron experimentos que mostraron que los nódulos podían generar voltajes significativos, sugiriendo un mecanismo electroquímico detrás de la producción de oxígeno.
El descubrimiento de oxígeno «oscuro» en el fondo marino tiene el potencial de cambiar nuestra comprensión del ciclo del oxígeno en el océano profundo. Además, podría ofrecer nuevas pistas sobre los orígenes de la vida en la Tierra. La teoría de que la vida podría haber evolucionado en respiraderos hidrotermales de aguas profundas se ve reforzada por la posibilidad de que la electrólisis del agua de mar pueda formar oxígeno en estas condiciones extremas.
Científicos abogan por una mayor investigación en las profundidades del océano para comprender completamente los procesos detrás de la producción de oxígeno oscuro y su importancia ecológica. Este descubrimiento destaca la necesidad de una supervisión científica rigurosa en la minería en aguas profundas para proteger los ecosistemas marinos vulnerables y asegurar que la explotación de recursos se realice de manera sostenible.