El desierto del Sáhara, conocido por ser una de las regiones más áridas del planeta, podría experimentar un fenómeno climático inusual en las próximas semanas: lluvias intensas que, según los modelos del Centro Europeo de Previsiones Meteorológicas a Plazo Medio (ECMWF), podrían dejar caer en pocas semanas el equivalente a varios años de precipitaciones en algunas zonas del desierto.
José Luis Camacho, portavoz de la Agencia Estatal de Meteorología (Aemet) de España, destaca que esta situación es “anormal” y que, aunque se espera que llueva en el desierto, la cantidad de agua es difícil de prever debido a la complejidad de las lluvias convectivas, típicas en situaciones de inestabilidad atmosférica. Si bien en el Sahel, la región que bordea el Sáhara, las lluvias intensas no son infrecuentes, lo excepcional es que este fenómeno se desplaza hacia el norte del desierto.
En las últimas semanas, intensas precipitaciones en el Sahel han causado daños en infraestructuras y han provocado víctimas mortales. Ahora, las lluvias se están extendiendo hacia el norte del Sáhara, alcanzando zonas como el norte de Chad, donde se espera que caigan hasta 50 litros por metro cuadrado en áreas donde normalmente solo caen entre diez y veinte litros. En estas regiones, muchas construcciones están hechas de adobe, lo que podría llevar a su colapso debido a las lluvias.
La principal causa de este episodio, según los modelos meteorológicos, es un cambio en los flujos atmosféricos y una mayor actividad en la Zona de Convergencia Intertropical (ZCIT). Esta zona, que normalmente se desplaza hacia el norte durante el verano, se ha movido más allá de su posición habitual, lo que está provocando estas lluvias inusuales en el Sáhara.
Javier García-Serrano, miembro del Grup de Meteorologia de la Universitat de Barcelona, explica que este desplazamiento de la ZCIT hacia el norte es parte de un patrón estacional, aunque este año se ha visto amplificado por otros factores climáticos. El desarrollo de una Niña Atlántica y el monzón africano han creado un mayor contraste entre las temperaturas del continente y el océano, lo que ha contribuido al desplazamiento de la zona de convergencia.
Además, García-Serrano advierte que la atmósfera es un sistema altamente caótico, lo que dificulta las predicciones precisas. Este año, se están dando múltiples factores que complican aún más el comportamiento atmosférico, incluyendo las altas temperaturas en el Mediterráneo y en algunas áreas del Atlántico.
A pesar de la excepcionalidad del fenómeno, José Luis Camacho y Javier García-Serrano coinciden en que es prematuro atribuir este episodio de lluvias al cambio climático. Sin embargo, ambos reconocen que ciertos factores, como las temperaturas oceánicas y las olas de calor en la región del Sahel, podrían estar facilitando estas perturbaciones climáticas. Camacho advierte que las olas de calor podrían intensificarse en los próximos años, según modelos climáticos con alta probabilidad.
Este episodio en el Sáhara, aunque excepcional, podría ser un indicio de futuros cambios en los patrones climáticos. Por ahora, los meteorólogos seguirán de cerca la evolución de las lluvias en la región para determinar si este fenómeno se repetirá en los próximos años.