En un mundo cada vez más digital, la constante exposición a las redes sociales ha generado nuevas formas de presión social, especialmente entre los jóvenes. Uno de los fenómenos más recientes es el llamado “sunshine guilt”, o “culpa por el sol”. Este síndrome afecta principalmente a las generaciones Z y millennial, que son las más inmersas en las redes sociales, y consiste en un sentimiento de culpa o ansiedad por no estar aprovechando un día soleado como lo hacen otros, según lo muestran las publicaciones en redes.
Tradicionalmente, los días soleados han estado asociados con actividades al aire libre, diversión y un estilo de vida activo. Sin embargo, muchas personas, en especial los jóvenes, eligen quedarse en casa viendo series, navegando por internet o interactuando en redes sociales. El problema surge cuando, al ver publicaciones de amigos o influencers disfrutando al aire libre, estos jóvenes experimentan un conflicto interno: sienten que deberían estar afuera “aprovechando el día”, y este pensamiento arruina su descanso.
Este sentimiento fue popularizado por la tiktoker Renee Reina, quien compartió su experiencia: “Hace un día precioso fuera, pero estoy cansada. Ahora siento la presión de salir, dar un paseo y disfrutar del buen tiempo mientras dure. No puedo disfrutar de estar en casa porque, ahora, me paso todo el tiempo pensando que debería estar fuera”.
La raíz del «sunshine guilt» se encuentra en la influencia de las redes sociales, que proyectan una imagen idealizada de la vida, donde solo se muestra lo positivo: fotos de personas disfrutando al aire libre o viajando. Esto genera en los usuarios una constante sensación de que se están perdiendo algo, lo que se conoce como FOMO (Fear of Missing Out). Esta presión, al compararse con las publicaciones de otros, afecta directamente la capacidad de disfrutar el tiempo en casa sin sentir culpa.
Aunque no es un término clínico, el «sunshine guilt» puede tener serias consecuencias psicológicas. Puede aumentar la ansiedad y el estrés, y en algunos casos, desencadenar episodios de depresión. Los jóvenes que lo padecen se sienten insatisfechos con sus propias decisiones y actividades, lo que contribuye a una creciente insatisfacción y, en última instancia, puede llevarlos al aislamiento social.
Además, esta presión autoimpuesta erosiona la capacidad de disfrutar de momentos de descanso o actividades en solitario, ya que la mente se llena de pensamientos negativos sobre lo que «deberían» estar haciendo.
¿Cómo combatir el «sunshine guilt»?
Afortunadamente, existen formas de lidiar con este fenómeno y reducir su impacto en la salud mental. Aquí algunas recomendaciones:
1. Escuchar al cuerpo: La psicóloga Carolina Traverso recomienda escuchar las necesidades físicas y emocionales. Si el cuerpo pide descanso, es esencial darse permiso para quedarse en casa sin culpa.
2. Crear un ambiente luminoso en casa: Llevar el sol al hogar puede ser una opción para quienes se sienten mal por no salir. Abrir las ventanas, dejar entrar la luz natural y rodearse de plantas o flores puede mejorar el estado de ánimo.
3. Desconectar de las redes sociales: Tomar un descanso de las redes sociales es clave para reducir la presión. Desconectar durante algunas horas o un fin de semana ayuda a desconectarse del FOMO y centrarse en lo que realmente importa.
4. Crear espacios de relajación: Designar un espacio en casa para relajarse, leer o meditar puede ser una excelente forma de combatir el estrés asociado al «sunshine guilt».
Este fenómeno es un recordatorio de cómo las redes sociales pueden afectar el bienestar emocional y la importancia de encontrar un equilibrio saludable entre la vida online y offline.