En un esfuerzo por vincular el arte, la educación y la ecología, la cooperativa Garúa y el Museo Reina Sofía han implementado un proyecto educativo que tiene como objetivo preparar a los estudiantes para los desafíos del futuro. Este proyecto busca fomentar una enseñanza más conectada con el medioambiente y las problemáticas sociales, en centros educativos de Madrid, Aragón y Cantabria. La iniciativa, que se ha extendido a lo largo de dos años, tiene como fin último integrar la ecología y el arte como herramientas educativas que ayuden a los alumnos a imaginar un futuro más sostenible.
La premisa es clara: la educación debe adaptarse a los tiempos y preparar a las nuevas generaciones para afrontar los cambios sociales y ambientales que se avecinan. La crisis climática y las transformaciones en los ecosistemas requieren un enfoque educativo que no solo se centre en los contenidos tradicionales, sino que también promueva el aprendizaje emocional, la participación activa y el desarrollo de habilidades prácticas. Esta integración de la ecología en la educación implica, entre otras cosas, transformar los espacios escolares, como la implementación de patios ecológicos, energías renovables y comedores sostenibles.
El arte ha sido clave en este proceso. Como un lenguaje universal, permite a los estudiantes conectar con los desafíos ambientales de manera más intuitiva, logrando un mayor impacto emocional. En este sentido, la neurociencia confirma que no hay una separación clara entre la razón y la emoción, lo que subraya la importancia de combinar ambas en los procesos de aprendizaje.
Uno de los proyectos más destacados tuvo lugar en Caldearenas, Aragón, donde los estudiantes del CEIP Virgen de los Ríos abordaron el conflicto en torno a la construcción de una pista de esquí en Canal Roya. Utilizando materiales reciclados, crearon una telecabina que luego colocaron en diferentes puntos del pueblo, como una forma simbólica de concienciar sobre la ocupación indebida de los espacios naturales. Este tipo de actividades no solo refuerza el aprendizaje sobre los problemas ambientales, sino que también fomenta la creatividad y el trabajo en equipo.
Otro ejemplo se dio en el CEIP Cuevas del Castillo de Vargas, Cantabria, donde los alumnos centraron su atención en las plantas autóctonas. Recolectaron y aprendieron sobre la flora local, vinculando este conocimiento con las antiguas pinturas rupestres de la región, creando así un puente entre el pasado y el presente a través del arte.
En la Comunidad de Madrid, en el IES Menéndez Pelayo de Getafe, los estudiantes trabajaron en torno a las claves de la transición ecosocial: las energías renovables, la renaturalización y la agroecología. Realizaron collages e interpretaron la obra «Un mundo» de Ángeles Santos para imaginar futuros deseables, culminando en una Feria del Futuro donde compartieron sus creaciones.
Los resultados de estos proyectos han sido notables, no solo por la calidad de las obras creadas, sino también por el impacto que han tenido en las comunidades locales. En zonas rurales, las actividades se convirtieron en pequeños eventos que involucraron a ayuntamientos, asociaciones y medios de comunicación. En las áreas urbanas, el proyecto fomentó la colaboración entre las escuelas y los movimientos vecinales, demostrando que la educación ecosocial puede ser un motor de cambio comunitario.
Este enfoque innovador de la enseñanza, que combina el arte y la ecología, se ha convertido en un modelo a seguir para otros centros educativos. En algunos casos, los colegios que participaron en el proyecto han adoptado estructuras permanentes que integran la educación ecosocial en su currículo, lo que demuestra que la colaboración entre arte y educación puede generar un impacto duradero.
La enseñanza a través del arte, especialmente en temas relacionados con el medioambiente, tiene un poder transformador. Como decía Benjamin Franklin, «Involúcrame y lo aprenderé». Esta experiencia demuestra que involucrar a los estudiantes en procesos creativos y significativos es una forma efectiva de educar para un futuro más consciente y sostenible.
