La energía solar sigue ganando terreno con un crecimiento acelerado, mientras la eólica no ha logrado mantenerse al mismo ritmo, una situación preocupante dado que ambas tecnologías son necesarias para alcanzar los ambiciosos objetivos de la COP28 en torno a la neutralidad de carbono.
En 2024, la capacidad solar ha crecido un notable 34% hasta alcanzar los 595 GW, frente a los 445 GW registrados en 2023. Sin embargo, la energía eólica ha tenido un crecimiento más modesto, del 5%, subiendo de 117 GW en 2023 a 123 GW este año. Esto genera inquietud porque si bien la energía solar avanza rápidamente, alcanzando el 90% de la meta global proyectada para 2030, el sector eólico podría cumplir solo el 77% del compromiso a este ritmo.
La energía solar disfruta de ciertas ventajas que explican su expansión. Su instalación es más sencilla y flexible, ya que los paneles solares se pueden adaptar a diversas ubicaciones, desde techos urbanos hasta terrenos en zonas remotas. Además, la fabricación masiva de paneles en China ha contribuido a reducir costos, incentivando su adopción global.
La energía eólica, por su parte, enfrenta desafíos logísticos y de percepción pública. La construcción de aerogeneradores implica un proceso complejo y costoso que incluye transportar turbinas gigantes y ensamblarlas en áreas donde su impacto visual y ambiental suele enfrentar oposición. Esto, junto con el aumento en los costos del acero y las tasas de interés, ha frenado su avance en muchas regiones, a excepción de China, que continúa liderando el impulso eólico a nivel mundial.
Aunque el crecimiento de la energía solar es positivo, la eólica sigue siendo una pieza clave en la descarbonización del sector energético debido a su alta productividad en diversas condiciones climáticas y geográficas. Los expertos coinciden en que tanto la energía solar como la eólica son necesarias para alcanzar la neutralidad de carbono y responder a la creciente demanda de electricidad sin emisiones.
Con este reto en mente, el sector eólico aboga por la simplificación de los permisos y una inversión tecnológica que facilite el montaje de aerogeneradores más grandes y eficientes.