China está revolucionando la transmisión de energía con una red de líneas de Ultra Alto Voltaje (UHV) que conecta regiones remotas de generación con grandes ciudades. Este sistema, apodado «el Shinkansen de la energía» en referencia a los trenes bala japoneses, transporta electricidad de manera eficiente a largas distancias. Diseñado para reducir pérdidas energéticas y garantizar suministro constante, el sistema UHV no solo es clave en la expansión de la energía renovable, sino que también impulsa el desarrollo de las regiones occidentales de China.
Inaugurado en 2010, el proyecto Xiangjiaba-Shanghái marcó el inicio de esta tecnología a gran escala. Con una capacidad de 6,4 gigavatios, este enlace transporta electricidad hidroeléctrica desde el suroeste hasta Shanghái, satisfaciendo hasta el 40% de su demanda energética. A abril de 2024, China había puesto en funcionamiento 38 líneas UHV, consolidándose como el líder mundial en esta tecnología.
El objetivo principal es acelerar la transición hacia las energías renovables, como la solar y eólica, generadas en regiones remotas. En 2022, más del 56% de la electricidad transmitida por líneas UHV en China provino de fuentes renovables, superando el objetivo gubernamental del 50%. Sin embargo, la mayoría de esta energía es hidroeléctrica, mientras que la solar y eólica representan solo un 27%.
A pesar de sus beneficios, las líneas UHV enfrentan varios desafíos:
- Costos elevados: China ha invertido $222 mil millones en estos proyectos, lo que requiere un uso constante para recuperar la inversión.
- Dependencia del carbón: La intermitencia de la energía eólica y solar obliga a las líneas UHV a depender de fuentes fósiles para garantizar estabilidad en la transmisión.
- Desconexión local: Algunas regiones, como Sichuan, exportan su electricidad hidroeléctrica sin poder utilizarla localmente debido a que las redes UHV no están conectadas a sistemas locales.
Además, las provincias costeras chinas están apostando por alternativas como la energía eólica marina y la nuclear, que podrían reducir la necesidad de importar electricidad.
Aunque las líneas UHV son una solución innovadora, no son la única estrategia para un futuro energético sostenible. Alternativas como las microrredes, que fomentan la generación y el almacenamiento locales, están ganando terreno en países en desarrollo por su agilidad y menor costo.
China ha demostrado que una mega infraestructura como la UHV puede ser un catalizador para la transición energética, pero su experiencia también resalta la necesidad de un enfoque integrado que combine soluciones centralizadas y descentralizadas.