La energía solar se posiciona como una solución clave para enfrentar el calentamiento global y acelerar la transición energética. Con bajas emisiones de carbono y costos cada vez más competitivos, esta fuente renovable emerge como una alternativa sustentable frente a los combustibles fósiles, responsables del 1 °C de calentamiento global desde la era preindustrial, según el IPCC.
La Agencia Internacional de Energías Renovables (IRENA) y el Acuerdo de París subrayan que el uso de energía solar y eólica debe incrementarse significativamente antes de 2030 para limitar el calentamiento global a 1,5 °C. Estudios recientes destacan que cada kWh generado por energía solar emite solo 6 gramos de CO₂, en comparación con 109 gCO₂ del carbón y 78 gCO₂ del gas natural. Además, su costo de producción ha disminuido un 85% entre 2010 y 2020, gracias a avances tecnológicos y economías de escala lideradas por países como China.
América Latina tiene un enorme potencial para el desarrollo de energía solar. Actualmente, la región cuenta con 23,5 GW de capacidad instalada, liderada por Brasil (40%), seguido por México (28%) y Chile (16%). Según proyecciones de la IEA, esta capacidad podría superar los 54 GW para 2026, consolidando a la región como un actor clave en la transición energética global.
Ventajas clave de la energía solar en la región:
- Descarbonización: Permite reducir las emisiones de CO₂ y contribuir al combate del cambio climático.
- Accesibilidad y desarrollo social: La energía solar puede llegar a zonas rurales aisladas mediante sistemas off-grid. Ejemplos como Bolivia, la Amazonía brasileña y los Andes peruanos demuestran cómo esta tecnología lleva electricidad a comunidades vulnerables.
- Bajo costo a largo plazo: Aunque la instalación inicial puede ser costosa, los sistemas solares permiten ahorrar hasta un 90% en las facturas de electricidad, amortizando la inversión en 3 a 5 años.
A pesar de sus beneficios, la energía solar enfrenta retos ambientales, como el reciclaje de paneles solares y el uso de minerales no renovables. Expertos como Aline Kirsten señalan la necesidad de soluciones urgentes para manejar los residuos, dada la creciente popularidad de esta tecnología.
Brasil lidera la región y, según estimaciones, para 2050, el 32% de su energía provendrá del sol, superando a las hidroeléctricas. Otros países como Chile y México también apuestan por ampliar su capacidad solar, transformando sus matrices energéticas y contribuyendo a la descarbonización global.
La energía solar no solo es una fuente limpia y accesible, sino también una herramienta para la inclusión social y el desarrollo sostenible. América Latina tiene la oportunidad de convertirse en líder en la transición energética global, con un futuro impulsado por el sol como buque insignia del cambio.