La pérdida acelerada de biodiversidad y la degradación de los ecosistemas están alcanzando un punto crítico, según el último informe de la Plataforma Intergubernamental sobre Diversidad Biológica y Servicios de los Ecosistemas (IPBES). Más de 100 científicos de 42 países concluyen que las medidas tradicionales de conservación no son suficientes. Para revertir esta tendencia, es necesario un cambio transformador en la forma en que la humanidad entiende y se relaciona con la naturaleza.
Este concepto implica un cambio radical en nuestras visiones, estructuras y prácticas. Según los expertos, las raíces del problema están en:
- La desconexión de las personas con el mundo natural, fomentada por una visión de dominación.
- La concentración desigual de poder y riqueza, que perpetúa actividades dañinas para el medioambiente.
- La prioridad de las ganancias materiales a corto plazo, en detrimento de un bienestar sostenible.
El informe destaca que la riqueza del 1% más rico del mundo representa el 39,2% de la riqueza global, mientras que el 50% más pobre apenas controla el 1,85%. Esta disparidad es un obstáculo central para la equidad y el cambio.
El IPBES propone cuatro principios clave para una transformación efectiva:
- Equidad y justicia.
- Pluralismo e inclusión en la toma de decisiones.
- Relaciones respetuosas y recíprocas con la naturaleza.
- Aprendizaje y acción adaptativos, con un enfoque en la coherencia entre valores y prácticas.
Para catalizar este cambio, el informe sugiere:
- Conservar, restaurar y regenerar ecosistemas clave, como suelos y hábitats naturales, priorizando la biodiversidad y los valores culturales.
- Reformar sectores económicos responsables del declive de la naturaleza, como la agricultura, la minería y la pesca, integrando prácticas sostenibles.
- Eliminar subsidios dañinos para el medioambiente, que ascienden entre 1,4 y 3,3 billones de dólares anuales.
Otras medidas incluyen redefinir los indicadores económicos más allá del PIB, fomentar la sostenibilidad como principio fiscal y fortalecer la participación del sector privado.
El informe resalta que la participación activa de la sociedad es esencial para demandar prácticas responsables a los gobiernos y empresas. Esto incluye:
- Elegir productos que respeten la biodiversidad.
- Exigir políticas que prohíban actividades como la deforestación.
Lucas Garibaldi, uno de los autores, asegura que «sigue siendo posible» un cambio positivo, citando ejemplos históricos como la Revolución Industrial, aunque advierte que el tiempo para actuar es limitado.
El análisis de casos en todo el mundo muestra que los cambios positivos pueden lograrse en menos de una década si se implementan estrategias inclusivas y efectivas. Este cambio no solo puede restaurar la biodiversidad, sino también garantizar un mundo más justo y sostenible.