El cambio climático, la pérdida de biodiversidad y la contaminación son desafíos que amenazan el futuro de nuestro planeta. En este escenario, el emprendimiento verde emerge como una respuesta innovadora y necesaria. Más allá de los beneficios económicos, estos proyectos se posicionan como agentes de cambio de triple impacto porque trabajan activamente en el entorno social y económico con un ADN sostenible.
Al priorizar la innovación y la responsabilidad social, los emprendimientos verdes no solo protegen el planeta, sino que también contribuyen al desarrollo de comunidades y generan nuevas oportunidades de negocio.
Para entender la oportunidad que representan los emprendimientos verdes, hay que conocer que los pequeños negocios representan el 90% de las empresas en el mundo, entre el 60 y el 70% del empleo y el 50% de la economía mundial, según Naciones Unidas. América Latina es la región más emprendedora del planeta: un 33% de las mujeres y un 37% de los hombres tiene intención de emprender y el 21% de las mujeres y el 25% de los hombres en la región está creando o tiene una nueva empresa, según datos del último informe Global Entrepreneurship Monitor (GEM).
Al aterrizar estos números a Ecuador el camino se vuelve aún más alentador, ya que con una tasa de emprendimiento del 60% en los últimos dos años, Ecuador destaca por su dinamismo empresarial en la región.
En Ecuador, Tierra del Emprendimiento, durante este 2024 se abrió paso al emprendimiento verde con el apoyo de la Alianza para el Emprendimiento e Innovación (AEI), la red más grande de actores públicos, privados y académicos que fomentan el emprendimiento e innovación como base del desarrollo productivo del Ecuador.
El viaje inició con su primera convocatoria para encontrar emprendedores con propósito que realicen empaques sostenibles para su Aliado Empaqplast y este hito es el mismo que marca la hoja de ruta para 2025 que incluye un intercambio de conocimientos en Medellín, Colombia. Así como, el impulso del primer clúster de emprendedores.
Las empresas con core verde siempre han orbitado entre los más de los 15 000 emprendedores dentro de AEI como es el caso de Lulë, una empresa que nació pensando en una conciencia plena de hacer productos que sean buenos para ti y para el ambiente. Santiago Troya, su fundador encontró la sinergia entre un producto hecho por manos 100% ecuatorianas, empaques ecoamigables y su iniciativa de reforestar con el 2% de cada compra; convirtiendo a Lulë en una empresa de triple impacto y una empresa verde.
Ecuador tiene el capital humano para posicionarse a la vanguardia de la sostenibilidad en América Latina, impulsado por una ola de emprendimientos verdes que están transformando la matriz productiva del país. Con una hoja de ruta clara hacia 2025, estos negocios innovadores no solo responden a los desafíos ambientales globales, sino que también generan un impacto positivo en las comunidades y la economía ecuatoriana.
Conoce sobre la ruta del emprendimiento verde en Ecuador en nuestra entrevista.
