En el imaginario social se considera al cuero como un residuo de la industria cárnica que, sin usarlo, sería un desperdicio más; sin embargo, en el proceso de producción, el cuero viene directamente del sacrificio de animales que han sido seleccionados por la textura de su piel, color y hasta formas. Según Lucy Siegle, periodista y escritora ambiental, “matamos 290 millones de vacas al año para cubrir nuestras necesidades actuales y esta cifra podría duplicarse en la próxima década”. Aunque la problemática no solo se limita al uso de maquinaria, la situación se agrava con la utilización de químicos extremadamente contaminantes y de recursos naturales, como el agua, que no son tratados de manera correcta.
La industria de la moda sostenible opta por alternativas ecoamigables que permitan seguir el ritmo a las tendencias sin dejar de preocuparse y ocuparse del impacto y la huella ambiental. Un ejemplo hallamos en los accesorios destinados para el HUAWEI Matepad 11, cuyos estuches de cuero vegano cuentan con calidad y durabilidad, son más ligeros y delgados; además, tienen un revestimiento impermeable que permite limpiarlos de forma ágil, utilizando un detergente suave o simplemente pasando un paño húmedo sobre la superficie.
Algunos recursos con los que se puede fabricar cuero son: el corcho, la madera, hojas, frutos como piña, soja y kombucha, asegurando una solución real para el ambiente, así como para la industria. Finalmente, existe la biofabricación de cuero que consiste en la creación de este textil a través de células y proteínas, una propuesta en desarrollo.
