El Ministerio de Ambiente, Agua y Transición Ecológica asegura que, solo en el país, se generan cerca de 4,1 millones de toneladas de residuos al año. De ellas, el 62% constituye residuos orgánicos, el 25% son reciclables y el 13% son residuos de otro tipo. En la capital, los rellenos sanitarios y estaciones de transferencia están colapsadas y otras cuentan con denuncias emitidas por concejales de la alcaldía, debido al peligro de contaminación por el no procesamiento de residuos y presencia de lixiviados.
Frente a esta realidad, el reciclaje en Ecuador se ha convertido en una de las respuestas más acertadas. Pese a que la actividad se desarrolla desde 1970, aún es limitada ya que, únicamente, se centra en la recolección de residuos como cartón, plástico o vidrio, sin la opción de tomar otro tipo de desechos. ¿Cómo enfrentar esta realidad? Si bien es cierto la gestión municipal debería promulgar el reciclaje como una de las mejores formas para enfrentar el colapso que hoy en día existe, la comunidad también juega un papel muy importante.
Existen diversas empresas o emprendimientos que recopilan aceite, cd´s, indumentaria, plásticos, vidrio, cartón y residuos electrónicos para darles una segunda vida y hasta exportarlos como materia prima para su posterior procesamiento. Para Nicolás Sanabria, líder de huella de carbono de COSTECAM CIA. LTDA., la gestión ambiental y el reciclaje son primordiales para contrarrestar esta problemática. “Teniendo en cuenta que los residuos orgánicos corresponden a mucho más del 50% de la generación diaria en nuestro país es, quizá, una salida pertinente gestionar de forma integral el restante de residuos que, en su gran mayoría son aprovechables, como el papel, el plástico, el vidrio, etc. Permitiéndonos así poder trabajar, a largo plazo, en vertederos inteligentes totalmente orgánicos que nos permitan generar líneas de negocio como el compostaje, biodigestores y hasta producción de metano para generación eléctrica o distintos fines productivos”.
Finalmente, el consumo responsable y el cambio de ideología deben iniciar con acciones tangibles y escalables desde casa, instituciones educativas hasta entidades gubernamentales para conseguir un verdadero cambio.