Los manglares son ecosistemas de climas tropicales que se desarrollan entre la tierra y el mar y son esenciales para el equilibrio del planeta porque son fuente de alimentos, previenen desastres naturales, ayudan a contrarrestar el cambio climático y son el sustento económico de sus comunidades. Sin embargo, son de los ecosistemas más amenazados en el mundo.
Ecuador es un país afortunado porque posee seis tipos de manglar: Mangle rojo (Rhizophora mangle), Mangle negro (Avicennia germinans), Mangle blanco (Laguncularia racemosa), Mangle concha (Rizophora harrisonii), Mangle botón (Conocarpus erectus) y Mangle piñuelo (Pelliciera rhizophorae); los mismos se encuentran en las provincias de El Oro, Guayas, Esmeradas, Manabí y Galápagos.
En estos bosques habitan, conchas, cangrejos azules y rojos, peces lisas, camarones, ostiones y piacuiles especies que sirven de alimento. Por su estructura actúan como defensa costera natural, amortiguando marejadas, tsunamis, el aumento del nivel del mar y la erosión. A los manglares también se los conoce como bosques azules porque absorben 10 veces más los gases de efecto invernadero que otros bosques tropicales.
Según un reporte de la National Geographic los manglares están desapareciendo de tres a cinco veces más rápido que el resto de los bosques del planeta provocando impactos ecológicos y socioeconómicos negativos e informaron que en los últimos 40 años se han reducido hasta la mitad. Ante esta alarmante realidad en 2015 La Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (UNESCO) designó que el 26 de julio se conmemore el Día Internacional de la defensa del Ecosistema Manglar, para crear conciencia sobre el cuidado de este invaluable ecosistema.