China, líder mundial en energía renovable, ha llevado su innovación un paso más allá al transformar una montaña en la provincia de Zhejiang en una gigantesca planta solar. Este proyecto no solo es impactante por su escala, sino por el uso de células solares de perovskita, un material que promete revolucionar la industria energética por su alta eficiencia, bajo costo y flexibilidad.
Ubicada en el monte de Lishui, la planta cuenta con más de 95,000 paneles solares, cubriendo una superficie superior a 1,000 hectáreas. Diseñada estratégicamente, las placas están inclinadas a 22° y elevadas a 2 metros para permitir la coexistencia con cultivos agrícolas, lo que convierte este proyecto en un modelo híbrido de producción energética y agrícola.
En verano, la instalación aprovecha la alta radiación solar para generar energía limpia, mientras que en invierno, el espacio debajo de las placas se utiliza para cultivar papas y otros productos agrícolas, integrando la generación de energía con el desarrollo económico local.
A diferencia de las tradicionales placas de silicio, las células solares de perovskita destacan por:
- Alta eficiencia energética: Son capaces de convertir una mayor parte del espectro solar en energía, incluso en condiciones climáticas adversas.
- Bajo costo: Fabricadas con materiales abundantes y económicos.
- Flexibilidad: Pueden adaptarse a superficies curvas, ampliando su potencial de aplicación.
- Sostenibilidad: China trabaja en eliminar el plomo de su composición para reducir el impacto ambiental.
La MicroQuanta Semiconductor, empresa responsable del proyecto, ha liderado avances en esta tecnología, logrando una eficiencia de conversión récord del 20.2% en 2022, lo que subraya su potencial como sustituto de las tradicionales placas de silicio cristalino.
El proyecto genera beneficios directos para la región, como empleo masivo en mantenimiento y operación, así como un impulso económico mediante el desarrollo de la agricultura. A nivel global, esta iniciativa refuerza la posición de China como líder en la transición hacia fuentes de energía renovable y en la reducción de la huella de carbono.
La combinación de energía solar y agricultura es una tendencia que podría replicarse en otras partes del mundo. La tecnología de células de perovskita promete un futuro en el que la producción de energía limpia sea más eficiente, económica y sostenible.
China, con este innovador proyecto, demuestra que la integración entre energía y agricultura no solo es posible, sino indispensable para enfrentar los retos del cambio climático y garantizar un desarrollo sostenible.
