La «Reina de los Andes» (Puya raimondii), una de las plantas más majestuosas y raras del mundo, se ha convertido en el epicentro de un esfuerzo internacional entre China y Perú para la conservación de la biodiversidad. Conocida por florecer solo una vez en su vida, entre los 40 y 100 años, y alcanzar alturas de hasta 10 metros, esta especie única está amenazada por la baja diversidad genética, la tala de leña y la expansión agrícola.
Desde 2010, científicos chinos y peruanos han trabajado juntos para proteger este «panda gigante» vegetal, realizando investigaciones biológicas que abarcan desde la secuenciación de su genoma hasta el análisis de sus poblaciones. Un informe reciente confirma la existencia de 835.000 ejemplares, distribuidos principalmente en Perú y Bolivia, aunque muchas poblaciones enfrentan riesgos críticos.
La colaboración se ha fortalecido con la creación del Laboratorio Conjunto de Sistemática Molecular y Evolución de Vegetales, firmado en 2015 por el Jardín Botánico Nacional del Sur de China y la Universidad Nacional Mayor de San Marcos. Este acuerdo ha permitido el intercambio académico, la capacitación en técnicas moleculares avanzadas y un enfoque compartido para la conservación.
Además, China ha dado un paso significativo al abrir un jardín especializado en plantas de América Latina, donde más de 300 especies se investigan y se presentan en actividades de divulgación pública.
A pesar de la distancia, los desafíos comunes en biodiversidad y sostenibilidad han acercado a China y América del Sur. «La comunicación es bidireccional», afirma Ge Xuejun, investigador líder, destacando las múltiples visitas de científicos entre ambas regiones.
La Reina de los Andes no solo simboliza la majestuosidad de la naturaleza, sino también el poder de la cooperación internacional. Este esfuerzo conjunto demuestra que la unión de conocimientos y recursos puede ser clave para proteger la biodiversidad y enfrentar los retos del cambio climático.
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