En un giro inesperado, Coca-Cola ha modificado su estrategia de sostenibilidad, anunciando un cambio en sus objetivos relacionados con el plástico. Ahora, la empresa priorizará el uso de materiales reciclados en sus envases en lugar de centrarse en la reducción del plástico virgen y de un solo uso. Esta decisión llega pocos días después del estancamiento de las negociaciones del tratado mundial sobre plásticos organizado por la ONU, lo que genera preocupación entre los defensores del medio ambiente.
Según el nuevo plan, Coca-Cola se propone que, para 2035, entre el 30 y el 35 % de sus envases estén fabricados con plástico reciclado y que se recoja entre el 70 y el 75 % del equivalente de botellas y latas que la empresa coloca en el mercado cada año.
Este cambio marca un alejamiento de compromisos previos, como reducir 3 millones de toneladas métricas de plástico virgen entre 2020 y 2025 y alcanzar un 25 % de ventas en envases rellenables o retornables para 2030. Según el informe de sostenibilidad de 2023, Coca-Cola vendió solo el 14 % de sus productos en envases reutilizables el año pasado y atribuyó el estancamiento a un “crecimiento del negocio”.
La decisión de Coca-Cola ha generado fuertes críticas de organizaciones ambientales. Según un estudio reciente, la compañía es responsable del 11 % de la contaminación global por plástico de marca, lo que la posiciona como uno de los mayores contribuyentes a este problema.
Matt Littlejohn, vicepresidente de Oceana, calificó la decisión como «una oportunidad perdida» para abordar la crisis ambiental. «Es decepcionante que se hayan alejado de objetivos que realmente reducirían el uso de plásticos. Ahora están promoviendo materiales reciclados, pero esos envases aún terminan en los océanos y vertederos», dijo.
Además, Coca-Cola ha enfrentado oposición por su postura hacia iniciativas como los proyectos de ley de depósitos reembolsables en botellas, que buscan garantizar el reciclaje o la reutilización. Este enfoque contradictorio ha alimentado las críticas de que la empresa prioriza su crecimiento sobre soluciones sostenibles.
El problema de los plásticos de un solo uso sigue siendo uno de los desafíos más críticos para el medio ambiente. A nivel mundial, solo el 9 % de los plásticos se reciclan de manera efectiva, mientras que el resto termina en vertederos, océanos o como contaminantes en los ecosistemas. Aunque el uso de materiales reciclados podría reducir la demanda de plástico virgen, no aborda de manera integral el problema del desecho de plásticos.
El cambio de estrategia de Coca-Cola subraya la tensión entre las metas de sostenibilidad corporativa y las presiones del crecimiento empresarial. Si bien aumentar el uso de materiales reciclados es un paso positivo, abandonar compromisos clave como la reducción de plásticos de un solo uso y envases rellenables deja una brecha en los esfuerzos globales por combatir la contaminación. Es esencial que las empresas líderes adopten enfoques más integrales para mitigar su impacto ambiental, especialmente en un momento en que el planeta exige acciones urgentes.