Un reciente estudio ha revelado que los delfines mulares están inhalando diminutas partículas de plástico, conocidos como microplásticos, a través del aire que respiran en la superficie del mar. Este hallazgo, publicado en la revista PLOS One, subraya la omnipresencia de los plásticos en el medio ambiente, destacando un nuevo riesgo para los mamíferos marinos.
Los investigadores del College of Charleston analizaron el aliento exhalado de 11 delfines mulares en la bahía de Sarasota, Florida, y la bahía de Barataria, Louisiana. Para recolectar las muestras, utilizaron placas de Petri que sostuvieron justo sobre el espiráculo de los delfines mientras estos respiraban. Los análisis confirmaron la presencia de microplásticos en todos los animales estudiados, incluyendo partículas de poliéster y PET (tereftalato de polietileno), materiales comúnmente utilizados en ropa y envases.
El plástico puede encontrarse en casi todos los rincones del planeta: desde las nubes hasta las montañas. Ahora, también se ha detectado en el aire que inhalan los delfines. Los investigadores creen que las fibras de plástico, liberadas al lavar ropa y transportadas por el viento, llegan al agua y son dispersadas al aire por las olas. Este proceso hace que los delfines, al salir a la superficie para respirar, inhalen estas partículas, exponiéndolos a una contaminación que no solo está en el agua, sino también en el aire.
“Los delfines respiran en la superficie. Respiran los plásticos transportados por el aire”, explicó Leslie B. Hart, quien dirigió el estudio. Esta situación refleja el alcance de la contaminación plástica, que parece no tener límites y afecta tanto a los ecosistemas acuáticos como a los terrestres.
El hallazgo es particularmente preocupante, ya que investigaciones anteriores han demostrado que la exposición a microplásticos puede causar inflamación y daño celular. Además, los microplásticos pueden contener sustancias químicas tóxicas, como los ftalatos, que actúan como disruptores endocrinos. Estos compuestos han sido detectados en delfines de la bahía de Sarasota en niveles alarmantemente más altos que en humanos, lo que sugiere una exposición considerable a través del entorno marino.
Los científicos están planeando investigar más a fondo para comprender el impacto específico de la inhalación de microplásticos en la salud de los delfines. Como los delfines tienen una gran capacidad pulmonar y aguantan la respiración por largos periodos bajo el agua, los investigadores temen que puedan absorber mayores cantidades de microplásticos en comparación con otras especies.
Los problemas se agravan después de tormentas y huracanes. Shannon Gowans, del Dolphin Project, señaló que las tormentas extremas, como los recientes huracanes en Florida, provocan la acumulación de desechos plásticos en las aguas debido al desbordamiento de las plantas de tratamiento de aguas residuales y la escorrentía de basura. Estas situaciones pueden aumentar la concentración de microplásticos en el agua y, por ende, en el aire que respiran los delfines.
Aunque las cifras sobre la contaminación plástica pueden parecer abrumadoras, hay formas en que las personas pueden contribuir a reducir este problema. Miranda K. Dziobak, coautora del estudio, sugiere medidas simples como reducir el uso de plástico en la vida cotidiana y lavar la ropa con menor frecuencia o en ciclos de agua fría para limitar la liberación de microfibras plásticas.
Cada pequeño esfuerzo cuenta, y reducir la cantidad de plástico que termina en el mar puede ayudar a proteger no solo a los delfines, sino también a otros animales y al medio ambiente en general.
Este estudio destaca la urgencia de abordar el problema de la contaminación plástica desde múltiples frentes. Los delfines, que se encuentran en todo el mundo y son indicadores clave de la salud del ecosistema marino, nos están alertando sobre el impacto generalizado de los residuos plásticos. Actuar para reducir la contaminación, adoptar mejores prácticas de reciclaje y buscar alternativas más sostenibles son pasos necesarios para proteger la vida marina y nuestro planeta.
La contaminación plástica es un problema global que necesita soluciones globales, y comprender cómo afecta a especies icónicas como los delfines puede ser un primer paso hacia un cambio más amplio y significativo.