La economía circular se presenta como una solución clave para reducir el impacto ambiental y fomentar el uso sostenible de los recursos. Iniciativas en todo el mundo están demostrando cómo los residuos pueden transformarse en oportunidades económicas y sociales.
En Uganda, donde se generan 600 toneladas diarias de residuos plásticos pero solo se reciclan 40, Kyuka Ventures Innovation Hub está liderando un cambio. Fundada por Sonko Jamal, la empresa recolecta plásticos con la ayuda de jóvenes y mujeres en barrios marginales de Kampala. Los residuos son triturados y procesados mediante tecnología patentada (SFRET), que convierte los plásticos en gas sintético, posteriormente comercializado como gas licuado.
Con su programa de Waste Insure, Kyuka Ventures permite a los recolectores intercambiar residuos por seguro médico. Ahora buscan ampliar su capacidad de procesamiento a 20 toneladas por mes y proporcionar energía limpia a 50.000 hogares adicionales, generando alrededor de 1.000 empleos verdes.
Circular Valley, un programa de aceleración en Wuppertal, Alemania, apoya a startups como Kyuka Ventures a escalar sus operaciones y establecer redes globales. Desde su creación, ha acogido a más de 120 empresas emergentes de seis continentes, incluyendo proyectos de reciclaje de textiles, plásticos y tratamiento de agua.
Entre los casos de éxito se encuentra Plastic Fischer, que desarrolla barreras flotantes para recolectar residuos plásticos en ríos asiáticos, empleando a 80 personas en India e Indonesia.
Un ejemplo clave de economía circular es el reciclaje de baterías de automóviles eléctricos. Circular Valley impulsa la investigación para reutilizar y reciclar baterías en lugar de enviarlas al extranjero. Esto permite conservar materias primas críticas y reducir la dependencia de importaciones.
La empresa alemana instrAction, especializada en productos absorbentes para filtrar contaminantes del agua, busca socios globales a través de Circular Valley. Sus soluciones apuntan a garantizar el derecho al agua potable, declarado un derecho humano por la ONU en 2010.
La economía circular no solo reduce residuos, sino que también impulsa la creación de empleo, la innovación tecnológica y la sostenibilidad. Iniciativas como Circular Valley demuestran que, con colaboración global, los residuos pueden convertirse en recursos valiosos para un planeta más verde.