Una profunda crisis económica, política y social hace al territorio ecuatoriano más vulnerable ante el cambio climático.
El informe del Reporte Global de Riesgos, elaborado en colaboración con Zurich Insurance Group y Marsh McLennan, se basa en las opiniones de más de 1400 expertos en riesgos globales, políticos y líderes de la industria encuestados en septiembre de 2023. Los resultados destacan una perspectiva predominantemente negativa para el mundo a corto plazo que se espera que empeore a largo plazo. Si bien el 30% de los expertos globales esperan una alta probabilidad de catástrofes mundiales en los próximos dos años, casi dos tercios esperan que esto ocurra en los próximos 10 años.
Desde el 11 de enero de este año hasta la fecha se han registrado varios desastres climáticos a causa de las lluvias, siendo los más recurrentes los deslizamientos, inundaciones, socavamientos y vendavales.
Los eventos extremos siempre han existido. Sin embargo, hoy vivimos un contexto de cambio climático, lo que haceque las temperaturas del planeta se incrementen y esto hace que todos los movimientos del ciclo hidrológico sean más violentos.
La fórmula para entender los desastres naturales actuales es que se dan con mayor frecuencia, aumentan en densidad y duran mucho más.
A esta ecuación se añade la perdida de adaptación del ser humano que se ve afectado por su mismo accionar al deforestar y quitarle a la naturaleza su capacidad de hacer frente a los cambios climáticos. Por ejemplo, las inundaciones en Brasil fue una consecuencia de la tala de árboles endémicos para plantar soya. Po ello, las campañas de arborización son importantes, pero bajo parámetros de cuidado y seguimiento para lograr reverdecer las ciudades; ya que cuando hay sequía el árbol saca del fondo del suelo el agua para enviar al aire y que se dé la precipitación(lluvias).
Lo que nos trae al siguiente eslabón de la cadena, que está ligada al rol de la academia para impulsar soluciones. Aunque la opción evidente sería contar con más profesionales técnicos parecería que no hay espacios para el desarrollo, ya que, “La disminución de fondos en investigación, es preocupante, las carreras de ingeniería pierden fuerza y cada vez son menos”, según Sheila Serrano, docente de investigación de la Universidad Politécnica Salesiana.
Actualmente, los fondos verdes son el espacio de sinergia para los distintos actores del sector público, privado y academia para impulsar, proyectos, mecanismos y planes de adaptación para hacer frente desde lo personal hasta lo colectivo. Estos capitales están disponibles y tienen por objetivo mitigar el impacto humano e impulsar mecanismos de adaptación.
El fenómeno de El Niño, la sequía en Paute, la nevada en la vía Riobamba-Guaranda o los deslizamientos en Bañosson los puntos de inflexión que nos invitan a tomar acción y encontrar en el camino nuevas fuentes de producción que despierten la capacidad de los humano para adaptarse; y así poder explotar factores como la cultura y el intelecto como materias primas.
