El calentamiento global está intensificando los fenómenos meteorológicos extremos, y los huracanes no son la excepción. En los últimos años, la creciente frecuencia e intensidad de estos ciclones tropicales ha generado preocupación entre científicos y autoridades. Recientemente, la noticia sobre el huracán Milton y su posible ascenso a una «categoría 6» ha generado temor en millones de personas, especialmente en Florida.
La escala Saffir-Simpson, que clasifica los huracanes del 1 al 5 según la velocidad de sus vientos sostenidos, ha sido utilizada durante décadas para evaluar la peligrosidad de estos eventos. Sin embargo, los expertos en cambio climático creen que esta escala ya no refleja de manera adecuada la creciente potencia de los ciclones en un contexto de calentamiento global. De ahí surge la propuesta de incluir una nueva categoría 6.
Un grupo de investigadores climáticos, en un reciente estudio publicado en Proceedings of the National Academy of Sciences, propuso que los huracanes con vientos sostenidos superiores a las 192 millas por hora (309 kilómetros por hora) deberían clasificarse como categoría 6. Esta idea se basa en la intensificación rápida de los huracanes, un fenómeno cada vez más frecuente debido al aumento de la temperatura de los océanos.
Según los datos del estudio, la mitad de los huracanes categoría 5 se han registrado en los últimos 17 años. Ejemplos devastadores como el tifón Haiyan en Filipinas (2013) y el huracán Patricia en México (2015) habrían calificado para esta nueva categoría. Huracanes más recientes, como Otis en 2023 y Idalia en 2022, mostraron una intensificación rápida, lo que los habría posicionado en esta categoría si ya existiera.
A pesar de la creciente evidencia que respalda esta propuesta, no todos los expertos están de acuerdo con la inclusión de una nueva categoría en la escala Saffir-Simpson. El Centro Nacional de Huracanes (NHC), por ejemplo, expresó reservas. Michael Brennan, director del NHC, señaló que la categoría 5 ya implica un daño «catastrófico» y que el enfoque debería centrarse en los riesgos individuales de cada huracán, como marejadas ciclónicas, lluvias intensas y tornados.
Sin embargo, los defensores de la categoría 6 argumentan que una mayor claridad en la clasificación podría ayudar a comunicar de manera más efectiva los peligros de los huracanes más extremos. A medida que el clima continúa cambiando, es fundamental reevaluar y adaptar las herramientas utilizadas para medir y comunicar los riesgos asociados con estos fenómenos.
Junto a la propuesta de la categoría 6, el NHC también anunció cambios en la presentación del cono de pronóstico de huracanes. Estos ajustes buscan ofrecer una visión más detallada y clara para que la población pueda prepararse mejor ante el embate de estos fenómenos. A medida que los huracanes se intensifican, las autoridades buscan mejorar sus métodos de advertencia y prevención.
El huracán Milton, cuyo desarrollo está siendo monitoreado de cerca, plantea interrogantes sobre si estamos preparados para enfrentarnos a ciclones de mayor magnitud y si la escala Saffir-Simpson necesita adaptarse a esta nueva realidad climática.