La viruela símica se descubrió en 1958 tras brotes en monos utilizados en investigaciones científicas. La primera infección en humanos fue confirmada en 1970 en el Congo. En julio de 2022, la Organización Mundial de la Salud (OMS) declaró la viruela símica como una emergencia de salud pública de importancia internacional debido a su rápida propagación en más de 70 países que nunca antes habían registrado casos. Aunque el brote ha disminuido en gran medida en Europa, Asia y América, sigue empeorando en algunas regiones de África, con un aumento del 160% en los casos reportados desde principios de 2024.
Este miércoles 14 de agosto, el brote “mpox” en inglés ha sido declarado una emergencia de salud pública de importancia internacional por la OMS debido a un brote que se ha extendido rápidamente por más de una docena de países africanos. Esta es la segunda vez en tres años que se declara tal emergencia, subrayando la gravedad de la situación.
Es una enfermedad causada por un virus endémico de África central y occidental. Aunque es similar a la viruela humana, es menos contagiosa. El virus se transmite principalmente a través del contacto cercano con animales o personas infectadas, así como por el consumo de carne contaminada. También se ha documentado su transmisión sexual y existe la posibilidad de que se transmita al feto durante el embarazo.
El brote actual es especialmente grave en la República Democrática del Congo, donde se han reportado 15,600 casos y 537 muertes, según datos de la ONU. La enfermedad, que ahora se ha extendido a 13 países, ha alcanzado por primera vez a naciones de África oriental, como Burundi, Kenia, Ruanda y Uganda. La OMS ha instado a la comunidad internacional a tomar medidas urgentes para controlar la propagación del virus.
Los síntomas de la viruela símica incluyen fiebre, dolores de cabeza, dolores musculares y una erupción que evoluciona a pústulas y costras. Estos síntomas pueden durar de dos a cuatro semanas. El tratamiento se centra en el alivio de los síntomas y en el apoyo general al paciente. Históricamente, los niños pequeños, las personas con sistemas inmunodeprimidos y aquellos con comorbilidades, como el VIH, son los más vulnerables a desarrollar formas graves de la enfermedad.
A pesar de que se utilizaron vacunas durante el brote de 2022, estas no son suficientes para frenar la crisis actual, especialmente en el Congo, donde las condiciones de hacinamiento en campamentos de personas desplazadas dificultan las medidas de aislamiento social. Aunque el Congo ha aprobado dos vacunas contra la viruela símica, aún no ha implementado un plan de inmunización masiva.
La cepa de viruela símica que circula actualmente en el Congo tiene una tasa de mortalidad del 3%, significativamente más alta que la del brote de 2022, que fue del 0,2%. Las mujeres y los niños son los más afectados, con recién nacidos tan jóvenes como de dos semanas contrayendo la enfermedad debido a la saturación en los hospitales. El personal de salud en las zonas afectadas está tratando a pacientes de todas las edades, incluidas familias completas.
Este brote de viruela símica subraya la necesidad urgente de respuestas coordinadas y efectivas a nivel global para frenar la propagación de esta enfermedad y proteger a las comunidades más vulnerables.