La calidad del aire es lo primero que se afecta cuando hay un incendio. En el momento de la quema se liberan a la atmósfera, gases tóxicos, incluido el dióxido de carbono. Este hecho, se traduce en mayor contaminación del aire que impide la visibilidad y afecta al sistema respiratorio de los seres humanos.
Un incendio estructural en el mercado Santa Clara, centro norte de Quito, se registró la noche del 14 de mayo. 47 bomberos acudieron a controlar el fuego, que afectó a 27 locales y puestos de abastos. Se atendió a una persona de 21 años, por inhalación de CO2.
Otro de los incidentes que ocurrió el fin de semana fue el colapsó de dos viviendas, ubicadas en la avenida 5 de Junio y calle Ricardo Jaramillo, centro de la capital. Las autoridades movilizaron a personal de la empresa eléctrica, agua potable, obras públicas y Agencia Metropolitana de Control para dar respuesta a la emergencia. La Dirección Metropolitana de Gestión de Riesgos determinó que, para precautelar la integridad de quienes residían en la vivienda, se active un albergue temporal, al que siete personas fueron trasladadas. El cabildo todavía no determina cuáles fueron las razones por las que se derrumbaron las viviendas, que afectaron a inmuebles aledaños.
Para evitar incidentes similares, es importante realizar revisiones periódicas de las instalaciones eléctricas, mantener vigilado el estado del terreno, no talar árboles ya que previenen la erosión del suelo y reutilizar el agua lluvia que se acumula en las viviendas en otras actividades como regar las plantas, lavar la ropa, etc.