La quinta reunión del Comité Intergubernamental de Negociación (INC-5) de la ONU, concluyó sin lograr un acuerdo para un tratado global sobre la contaminación plástica. Aunque el objetivo era establecer un marco jurídicamente vinculante, las profundas divisiones entre los países llevaron a posponer las decisiones clave y planear una nueva sesión, INC-5.2, en una fecha futura.
Más de 100 países, liderados por Panamá, defendieron la necesidad de limitar la producción de plásticos como parte de un esfuerzo global para abordar la contaminación. Sin embargo, grandes productores de petroquímicos, como Arabia Saudita, se opusieron tajantemente a cualquier restricción en la producción y centraron su propuesta en la gestión de residuos.
La directora ejecutiva del Programa de la ONU para el Medio Ambiente, Inger Andersen, reconoció las divergencias y enfatizó que el texto presentado sigue lleno de variantes incompatibles que dificultan alcanzar un consenso.
Los retos destacados en la reunión fueron:
- Producción de plásticos: La limitación sigue siendo el punto más polémico, con propuestas opuestas entre los países.
- Financiación: Los países en desarrollo exigen apoyo financiero para implementar las medidas necesarias.
- Sustancias químicas peligrosas: Persisten desacuerdos sobre cómo abordar los riesgos de los productos químicos en plásticos.
La postura de países como Arabia Saudita, que utilizó tácticas procesales para retrasar las conversaciones, fue criticada por varios delegados. El delegado panameño, Juan Carlos Monterrey Gómez, calificó el aplazo como un acto que agrava la crisis, al advertir que cada día perdido aumenta los impactos negativos de la contaminación plástica.
Se estima que la producción de plásticos podría triplicarse para 2050, exacerbando los problemas actuales. Los microplásticos ya se encuentran en el aire, alimentos frescos y leche materna, mientras que más de 3.200 productos químicos en los plásticos son considerados peligrosos para la salud, según un informe del Programa de la ONU para el Medio Ambiente.
Aunque se ha postergado la toma de decisiones, las negociaciones deben continuar. «Cada día de retraso es un día de lesa humanidad», afirmó Monterrey Gómez, subrayando la urgencia de reanudar las conversaciones.