La primera jornada de la cumbre del G20 en Río de Janeiro concluyó con importantes avances en temas globales como la paz, la justicia fiscal y la cooperación internacional. Entre los puntos destacados de la declaración conjunta está el apoyo a un “alto al fuego” en Gaza y el Líbano, el compromiso con una “paz amplia, justa y duradera” en Ucrania, y una histórica propuesta para garantizar que los superricos paguen impuestos de manera efectiva para combatir la pobreza.
Los líderes expresaron una “profunda preocupación” por la crisis humanitaria en Gaza, pidiendo más ayuda humanitaria y un alto al fuego inmediato. En cuanto a Ucrania, el G20 reiteró la importancia de la paz basada en los principios de la ONU, aunque evitó mencionar directamente a Rusia.
Uno de los acuerdos más significativos fue la aprobación de un plan para gravar a los patrimonios ultraaltos, promovido por el presidente brasileño Lula da Silva. Este impuesto del 2% a 3.000 multimillonarios podría recaudar entre $200.000 y $250.000 millones, recursos que se destinarían a combatir el hambre a nivel global.
El presidente de Estados Unidos, Joe Biden, reiteró su apoyo a la soberanía de Ucrania e instó a los líderes a hacer lo mismo. La declaración de Biden llegó tras reportes de que EE.UU. habría autorizado a Ucrania el uso de misiles de largo alcance en ataques contra territorio ruso.
Además de abordar los conflictos, el G20 enfatizó la importancia de trabajar juntos para combatir el cambio climático, reducir la pobreza y mejorar las políticas fiscales.
La cumbre del G20 en Río de Janeiro demuestra que, pese a las tensiones globales, los países pueden alcanzar consensos en temas críticos. Sin embargo, la implementación de estos compromisos será clave para enfrentar los desafíos del mundo actual.
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