Las autoridades de Sarajevo, capital de Bosnia Herzegovina, han emitido recomendaciones urgentes para que los habitantes utilicen mascarillas al salir a la calle debido a los peligrosos niveles de contaminación del aire. La situación, agravada por el invierno, afecta especialmente a grupos vulnerables como niños, ancianos, mujeres embarazadas y personas con enfermedades crónicas, quienes deberían evitar la exposición al aire contaminado, sobre todo en las horas críticas de la mañana y la tarde.
La concentración de partículas en suspensión PM2.5, compuestas por una peligrosa mezcla de humo, hollín, ácidos y metales pesados como plomo y arsénico, ha llegado a ser 40 veces superior al límite recomendado por la Organización Mundial de la Salud (OMS). Estas partículas, producto de la calefacción a base de carbón y madera, junto con las emisiones del tráfico y la industria, son responsables de los graves problemas de calidad del aire que enfrenta Sarajevo cada invierno.
Sarajevo, situada en un valle rodeado de montañas, se convierte en una trampa de contaminación durante los meses fríos debido a la quema masiva de combustibles para calefacción. Este jueves, según la clasificación de la empresa suiza IQAir, Sarajevo se posicionó como la cuarta ciudad más contaminada del mundo, solo detrás de Nueva Delhi (India), Lahore (Pakistán) y Dhaka (Bangladés).
Además del uso de mascarillas, las autoridades han recomendado limitar las actividades al aire libre y mejorar la eficiencia energética de los hogares. Sin embargo, estos son paliativos ante un problema estructural que requiere la transición hacia fuentes de energía más limpias y la mejora de la infraestructura de calefacción en la ciudad.
La situación en Sarajevo refleja un problema global de contaminación, agravado por factores geográficos y la dependencia de combustibles fósiles. Mientras los habitantes enfrentan los riesgos inmediatos, las soluciones a largo plazo exigen compromisos políticos y económicos para reducir la contaminación y proteger la salud pública.
