La creciente polución en las grandes ciudades ha llevado a la búsqueda de soluciones biotecnológicas para reducir los niveles de contaminación y procesar el dióxido de carbono.
Según Our World In Data, la contaminación del aire es responsable del 11,65% de las muertes anuales. En un mundo donde el transporte a combustión es de uso constante y la mayoría de las actividades dependen de esto, es crucial encontrar soluciones para mejorar la calidad del aire.
En respuesta a este desafío, el Instituto de Investigación Multidisciplinar de la Universidad de Belgrado, Serbia, ha desarrollado un innovador biosistema líquido encerrado en vidrio, capaz de sustituir a un árbol o a 200 metros cuadrados de césped. Este avance representa una solución eficiente hacia la sostenibilidad en entornos urbanos con limitaciones de espacio o alta contaminación, donde plantar árboles no es viable.
Ciudades como Ámsterdam, Hong Kong y varias de Alemania, se han desarrollado proyectos de árboles inteligentes “autosuficientes”. Estos árboles, capaces de combatir el efecto invernadero y la contaminación del aire, permiten el control y la dosificación de su humedad a través de internet.
Así, Argentina se suma a esta revolución con el “árbol líquido”, un fotobiorreactor desarrollado por el Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas (CONICET) junto con el Instituto de Investigaciones en Biodiversidad y Biotecnología (INBIOTEC). Este innovador dispositivo, denominado Y-ALGAE, utiliza microalgas para limpiar el dióxido de carbono del aire y convertirlo en oxígeno, generando entre 10 y 50 veces más oxígeno que un árbol convencional.
El Y-ALGAE está diseñado específicamente para entornos urbanos densamente modificados por el ser humano, donde los árboles escasean y la contaminación es alta. Las microalgas nativas del sudeste de Buenos Aires, capaces de realizar la fotosíntesis tanto con luz solar como artificial, son las protagonistas de este proyecto. Estas microalgas, según María Elena Oneto, líder de Misión Ambiente de Y-TEC, surgieron hace aproximadamente tres mil millones de años y son responsables del desarrollo de la atmósfera tal como la conocemos hoy, contribuyendo con el 50% del oxígeno que respiramos.
Los reactores del proyecto Y-ALGAE están diseñados para ser instalados en entornos urbanos completamente pavimentados y alterados por la actividad humana. A pesar de requerir 600 litros de agua y microalgas nativas, el beneficio es significativo, ya que media tonelada de dióxido de carbono es capturada al año y transformada en oxígeno. Además, la biomasa producida puede convertirse en una fuente de energía limpia y reutilizable.
Actualmente, hay dos equipos instalados en Argentina, uno en la Ciudad Autónoma de Buenos Aires (CABA) y otro en Santa Fe. Cada uno de estos equipos purifica el aire en la misma proporción que veinte árboles reales, demostrando el gran potencial de esta tecnología para mejorar la calidad del aire en las ciudades y contribuir a la lucha contra el cambio climático.
