La Organización Mundial de la Salud (OMS) ha hecho un llamado urgente para aumentar la inversión en la salud de los adolescentes, con el objetivo de enfrentar los desafíos cambiantes que afectan a los jóvenes de 10 a 19 años, quienes representan casi 1300 millones de personas en el mundo. En su reciente publicación científica, la OMS destaca la importancia de abordar las necesidades de salud mental, sexual y reproductiva de los adolescentes para asegurar su bienestar a largo plazo.
La adolescencia es una etapa clave del desarrollo, marcada por transformaciones físicas, emocionales y sociales. Durante este periodo, se establecen las bases de la salud futura, lo que convierte a esta fase en un momento crítico para la promoción de un estilo de vida saludable.
El director general de la OMS, Dr. Tedros Adhanom Ghebreyesus, subrayó la importancia de actuar frente a las amenazas que enfrentan los adolescentes. Señaló que ignorar los problemas actuales podría tener consecuencias graves, tanto para la salud de los jóvenes como para las economías de las sociedades en las que viven. Invertir en servicios de salud y programas enfocados en los adolescentes no solo es un deber moral, sino también una necesidad económica, dijo.
El estudio presentado por la OMS revela tendencias preocupantes que requieren atención urgente. Entre ellas, se destaca que al menos uno de cada siete adolescentes padece trastornos mentales, con tasas alarmantes de depresión y ansiedad. Además, problemas como la anemia y la obesidad siguen afectando a muchos jóvenes, al igual que el aumento de infecciones de transmisión sexual como la sífilis y la clamidia, que pueden tener repercusiones a largo plazo si no se tratan adecuadamente.
Otro factor preocupante es la violencia que sufren millones de adolescentes, ya sea en forma de acoso escolar o violencia física, lo que afecta gravemente su salud mental y física. Además, en muchos lugares, se obstaculiza el acceso de los jóvenes a servicios de salud sexual y reproductiva, lo que agrava aún más los riesgos para su bienestar.
A pesar de estos desafíos, el estudio también muestra avances en áreas como la disminución de la tasa de VIH entre adolescentes y la reducción de embarazos en adolescentes, así como la erradicación de prácticas nocivas como la mutilación genital femenina y el matrimonio infantil. Además, se ha observado un aumento en la escolarización, especialmente entre las niñas, lo que refuerza la importancia de la educación en la promoción del bienestar juvenil.
La OMS insiste en la necesidad de invertir en la salud de los adolescentes, asegurando que tengan acceso a una educación adecuada, atención médica y nutrición. También pide la implementación de políticas que protejan sus derechos y promuevan su participación activa en la creación de programas y políticas de salud que respondan a sus necesidades específicas.
Rajat Khosla, director ejecutivo de la Alianza para la Salud de la Madre, el Recién Nacido y el Niño, destacó la creatividad y energía de los adolescentes, y pidió a los gobiernos que escuchen sus voces y los involucren en las decisiones que afectan su futuro. Los jóvenes son clave para la estabilidad social, económica y política del mundo, y se les debe dar la libertad de actuar para contribuir a un futuro mejor.
A medida que los líderes mundiales reafirman su compromiso de mejorar la salud de los adolescentes, la OMS enfatiza que cumplir estos compromisos es fundamental para asegurar la salud y el bienestar de las generaciones actuales y futuras.
