El índice de pobreza en Argentina se disparó al 52,9% en el primer semestre de 2024, alcanzando la cifra más alta en dos décadas. Esto significa que casi 25 millones de personas en el país están viviendo en condiciones de pobreza, según los datos del Instituto Nacional de Estadística y Censos (INDEC). Además, la indigencia, es decir, aquellos que no pueden cubrir ni siquiera sus necesidades alimentarias básicas, se situó en el 18,1%. Este es el primer informe de pobreza correspondiente al gobierno de Javier Milei, tras suceder a Alberto Fernández, y refleja un aumento significativo respecto al segundo semestre de 2023, cuando la pobreza era del 41,7%.
El informe del Indec destaca que en los 31 principales aglomerados urbanos, más de 15,6 millones de personas viven por debajo de la línea de pobreza, y dentro de este grupo, 5,3 millones se encuentran en situación de indigencia. Si se extiende el análisis a todo el país, incluyendo las áreas rurales, se estima que cerca de 24,9 millones de argentinos son pobres, de los cuales 8,9 millones son indigentes.
Un aspecto especialmente preocupante es la pobreza infantil, que afecta al 66,1% de los menores de 14 años. Esto significa que más de 7,3 millones de niños y niñas viven en hogares pobres, lo que representa dos de cada tres menores en esa franja de edad.
La región noreste del país, que incluye provincias como Corrientes, Formosa, Gran Resistencia y Posadas, presenta las peores cifras, con un 62,9% de pobreza y 23,2% de indigencia. En Gran Resistencia, la pobreza alcanzó un alarmante 76,2%, siendo la más alta registrada en todo el territorio. Otras áreas como el Gran Buenos Aires también sufrieron aumentos significativos, con un 59,7% de pobreza en el conurbano bonaerense.
El fuerte aumento de la pobreza se explica en gran medida por la combinación de la alta inflación, que alcanzó el 79,8% en la primera mitad de 2024, y el estancamiento de los salarios. Este desajuste afectó tanto a trabajadores registrados como a quienes trabajan por cuenta propia, agravado por la mala calidad del empleo, la reducción de los gastos sociales y el incremento del desempleo.
Según el informe, los hogares indigentes tienen en promedio una brecha de USD 116.620 entre sus ingresos y el valor necesario para cubrir la línea de indigencia, lo que equivale a estar un 33,4% por debajo de esta línea. En el caso de los hogares pobres, la brecha respecto a la línea de pobreza es de $302.147, lo que representa un déficit del 42,6% en sus ingresos.
El Indec publica estos datos cada seis meses, y en este caso, la comparación con el segundo semestre de 2023 muestra un incremento de 11,2 puntos porcentuales en la pobreza y 6,2 puntos en la indigencia. Estas cifras reflejan la magnitud de la crisis económica que enfrenta el país.
Desde el gobierno de Javier Milei, se ha atribuido la grave situación a la administración anterior, señalando que la crisis económica heredada es una de las peores que ha recibido un gobierno en la historia reciente del país. No obstante, algunas fuentes oficiales han manifestado expectativas de que los indicadores puedan mejorar en el tercer trimestre del año, apoyados en una desaceleración de la inflación y una ligera recuperación de los salarios.
El desafío de reducir la pobreza y mejorar las condiciones de vida de millones de argentinos sigue siendo uno de los principales retos para el gobierno actual, en medio de un contexto económico y social sumamente complejo.
