El agua es un recurso esencial e indispensable para la vida humana y el ecosistema. A lo largo de los años, se han otorgado diferentes usos desde doméstico, comercial, agrícola, industrial, hidroeléctrico, turístico y transporte. Sin embargo, hay problemas que perjudican su abastecimiento: altos niveles de deforestación, degradación de ecosistemas, impermeabilización del suelo y contaminación del agua.
La sostenibilidad para los recursos hídricos consiste en la utilización responsable, así como, la implementación de tecnología que permita la reutilización, procesamiento y correcto servicio. En el sector agrícola existen varias falencias, sin embargo, una iniciativa que aporta significativamente con soluciones es dirigida por la startup Agrolly e IBM quienes crearon una aplicación que permite a los pequeños agricultores mejorar el rendimiento de sus cultivos con inteligencia artificial y el basto conocimiento sobre datos metereológicos locales para tomar decisiones sobre sus cosechas.
Otras organizaciones, también, están comprometidas con las buenas prácticas este es el caso de Grupo Familia que implementa sistemas de tratamiento que han permitido utilizar aguas recirculadas en un 84% y reducir en un 19% el consumo de agua fresca. En los últimos 10 años, ha disminuido en un 66% el uso de agua en la producción de papel.
El líquido vital como recurso y derecho es una responsabilidad compartida entre estado, municipios, instituciones y comunidad. Es imprescindible innovar, aprovechar la tecnología, no contaminar y procesar correctamente los desechos para asegurar que tengamos este elemento por mucho más tiempo.
