Durante la cumbre anual de la Comunidad para el Desarrollo de África Austral (SADC), celebrada este sábado, los líderes del sur de África expresaron su preocupación por la crisis de hambre que afecta a varios países de la región, exacerbada por una prolongada sequía.
El evento, realizado en el Nuevo Parlamento de Harare, marcó la transición de la presidencia rotatoria de la SADC de João Lourenço, presidente de Angola, a Emmerson Mnangagwa, presidente de Zimbabue. Mnangagwa destacó que la lucha contra el hambre, exacerbada por la sequía provocada por El Niño, será su principal prioridad durante su mandato.
«Enfrentamos hambre debido a los cambios climáticos. Debemos colaborar para asegurar que nadie quede atrás», afirmó Mnangagwa, cuyo país enfrenta una crisis alimentaria con más de 8,7 millones de personas afectadas.
Lourenço subrayó la necesidad urgente de unos 5.500 millones de dólares (alrededor de 4.990 millones de euros) para abordar la situación. Hizo un llamado a la comunidad internacional y al sector privado para proporcionar asistencia, advirtiendo sobre posibles futuros desastres naturales relacionados con El Niño.
La cumbre contó con la presencia de los jefes de Estado de los 16 países miembros de la SADC, a excepción de Zambia. El presidente zambiano, Haikande Hichilema, participó virtualmente debido a preocupaciones de seguridad tras críticas recibidas del portavoz de Mnangagwa.
Mnangagwa, al asumir la presidencia, también pidió apoyo para Zimbabue en medio de sanciones internacionales, alegando que se utilizan como herramientas políticas contra los países en desarrollo.
La cumbre ocurre en un contexto de represión en Zimbabue, donde se han registrado arrestos de disidentes y activistas de la oposición, y se ha impuesto un toque de queda para evitar protestas. Organizaciones de derechos humanos y embajadas internacionales han condenado las violaciones a los derechos fundamentales y han llamado a respetar las libertades constitucionales.
La situación resalta la grave crisis humanitaria y la necesidad de una respuesta coordinada para mitigar el hambre y promover la estabilidad en la región.