En la cumbre climática COP29 de Bakú, la Unión Europea y 25 países lanzaron un contundente llamado para frenar el uso del carbón, la fuente energética más contaminante del mundo. Sin embargo, el compromiso no fue firmado por los tres principales emisores de CO2: China, Estados Unidos e India. Mientras tanto, las tensiones aumentan sobre China e India para que abandonen su estatus de «países en desarrollo» y asuman mayores responsabilidades climáticas.
A pesar de los acuerdos en la COP26 para reducir progresivamente el uso del carbón, este combustible sigue siendo responsable del 41% de las emisiones globales de CO2. China, que depende del carbón para más del 50% de su matriz energética, avanza con la construcción de 18 nuevas plantas térmicas, mientras que las emisiones de India aumentaron un 10% en el último año. En Nueva Delhi, la contaminación obligó al cierre de escuelas por niveles de partículas hasta 60 veces superiores a lo recomendado por la OMS.
La iniciativa No New Coal busca evitar que nuevos proyectos de carbón sin mitigación de CO2 sean incluidos en los compromisos nacionales (NDC) para 2025. Ed Miliband, secretario británico de Energía, advirtió que este combustible sigue siendo una de las mayores amenazas para limitar el calentamiento global a 1,5 °C: «El llamado es claro: no más proyectos de carbón para la COP30 de Brasil».
La creciente influencia económica de China e India genera cuestionamientos sobre su estatus como «países en desarrollo». Sus emisiones masivas contrastan con las de naciones africanas, que enfrentan desafíos económicos y climáticos desproporcionados. «Esas categorías, adoptadas en 1992, están obsoletas», afirmó Susana Muhamad, ministra de Medio Ambiente de Colombia.
China, aunque no acepta financiamiento climático, sigue negociando junto al G-77 de países en desarrollo, mientras India mantiene un papel secundario en las cumbres. Ambos países suavizaron en 2021 el compromiso global sobre el carbón, dejando en «reducción progresiva» lo que inicialmente sería una «eliminación gradual».
Países como el Reino Unido y Australia han comenzado a liderar la transición fuera del carbón. Este año, el Reino Unido cerró su última central de carbón, mientras Australia, uno de los mayores exportadores del mundo, se unió al llamado para detener nuevos proyectos.
A pesar de estos avances, el comisario europeo Wopke Hoekstra subrayó que el uso del carbón sigue en aumento: «Una gran mayoría de países ha decidido optar por energía limpia, pero los compromisos deben convertirse en acciones concretas».
La COP29 refuerza la necesidad de una transición energética global, pero las diferencias entre las principales economías y los países en desarrollo complican el panorama. Sin la cooperación de China e India, los esfuerzos globales por limitar el calentamiento seguirán enfrentando desafíos críticos.