El uso de nombres propios es una característica universal del lenguaje humano, pero hasta ahora, pocos ejemplos similares se habían encontrado en otras especies. Delfines y loros, imitan llamadas específicas, pero no utilizan nombres arbitrarios como los humanos. Un nuevo estudio ha revelado que los elefantes africanos también se dan nombres propios. Investigadores del comportamiento animal han estudiado las comunicaciones vocales de elefantes africanos salvajes para analizar si utilizan nombres propios. Grabaron 625 llamadas, conocidas como «rumores», que los elefantes emiten para mantener contacto a larga distancia o saludarse.
Utilizando inteligencia artificial, los científicos pudieron predecir con precisión a qué elefante iba dirigida cada llamada, mucho mejor que el azar. Cuando los investigadores reprodujeron algunas de estas llamadas a los elefantes salvajes, observaron que respondían de manera diferente según si la llamada iba originalmente dirigida a ellos o a otro compañero. Esto demuestra que los elefantes pueden reconocer si una llamada les está dirigida o no.
Lo más sorprendente es que, a diferencia de delfines y loros que imitan las vocalizaciones del destinatario, las llamadas de los elefantes no parecen imitar los sonidos que emite el receptor. Por lo que se muestra que usan «nombres» arbitrarios para dirigirse a otros, al igual que nosotros. Este hallazgo es muy relevante para comprender la evolución del lenguaje. El descubrimiento de que estos animales también poseen esta capacidad abre nuevas preguntas sobre la complejidad de su cognición social.
Los elefantes viven en manadas flexibles y frecuentemente se separan visualmente, por lo que es útil para ellos comunicarse a distancia. Los nombres podrían ayudar a coordinarse y mantener los vínculos sociales. Al igual que a los humanos, a los elefantes les puede resultar reconfortante ser reconocidos individualmente mediante sus nombres.
