El río Motagua, el más largo de Guatemala, es uno de los más contaminados de Centroamérica, con alrededor de 18 millones de kilogramos de basura vertidos al océano cada año. Esta grave situación lo ha convertido en una preocupación ambiental, ya que sus aguas arrastran toneladas de desechos que acaban en el Golfo de Honduras y, eventualmente, en el Mar Caribe. Según estimaciones, el Motagua contribuye con aproximadamente el 2% de la basura plástica que termina en los océanos a nivel mundial cada año.
Una de las organizaciones que se ha comprometido a combatir esta crisis es 4ocean, una empresa estadounidense que lucha contra la contaminación plástica en los océanos. Fundada en 2017 por Alex Schulze y Andrew Cooper, la compañía ha desarrollado operaciones en Guatemala, Florida (EE. UU.) e Indonesia, y ha logrado recoger más de 37 millones de toneladas de basura desde su creación. Su misión en Guatemala incluye la recolección de desechos en el río Motagua, donde han instalado una barrera flotante para atrapar la basura antes de que llegue al océano.
La barrera flotante, instalada a 48 kilómetros río arriba de la desembocadura del Motagua, está diseñada para capturar los desechos plásticos sin afectar la vida silvestre. Aunque la temporada de lluvias ha presentado desafíos, como tormentas que dañaron la barrera, 4ocean ha trabajado en reforzar su estructura para garantizar su eficacia. Desde su instalación en 2023, la barrera ha capturado 45.000 kilogramos de basura, un pequeño pero significativo paso en la lucha contra la contaminación.
Además de sus esfuerzos físicos para contener la basura, 4ocean está comprometida con educar a la población local sobre la importancia de manejar adecuadamente los desechos. En Guatemala, la falta de infraestructura para la gestión de residuos y la escasa conciencia sobre la contaminación plástica contribuyen a que la basura termine en los ríos. La empresa ha empleado a residentes locales, quienes ya han notado un cambio en la actitud de la comunidad hacia el medio ambiente.
Cristina Ramírez, una empleada guatemalteca de 4ocean, comentó sobre cómo ella y otros en su comunidad han empezado a tomar medidas para evitar que más plástico llegue al río. Este cambio de mentalidad es crucial para reducir la contaminación en su origen.
4ocean no está sola en esta misión. La organización sin fines de lucro The Ocean Cleanup ha desplegado sus propias barreras en los afluentes del río Motagua, y la Alianza por el Río Motagua, formada en 2023, busca restaurar y limpiar la cuenca del río. Iniciativas educativas, como las lideradas por Fundación Crecer, enseñan a los niños sobre reciclaje y compostaje, sembrando las semillas del cambio en las generaciones futuras.
A pesar de los esfuerzos, Schulze reconoce que la limpieza del océano por sí sola no resolverá la crisis del plástico. Es vital abordar la raíz del problema mediante la educación y un cambio en la producción y el uso del plástico. «No basta con limpiar el océano», afirma Schulze. «Debemos cerrar el grifo y detener la contaminación en su origen».
La lucha por salvar el río Motagua es una batalla a largo plazo que requiere tanto esfuerzos locales como soluciones globales. Solo a través de la cooperación y la conciencia podremos esperar un futuro más limpio para nuestros ríos y océanos.